“Tenemos que avanzar juntos en que las empresas tengan objetivos integrales (económico, social y medioambiental), y esto se va a desarrollar de mejor manera en la medida que exista una diversidad de modelos empresariales. El cooperativismo, por su ADN, sin duda, puede ayudar mucho en esto. Y este consenso tenemos que construirlo de verdad. Debemos hacerlo una realidad, debemos recuperar la confianza en nuestras empresas y, lo más importante, que nuestros compatriotas perciban los avances del país y puedan beneficiarse de este crecimiento”, destacó Rodrigo Silva, en el panel “El rol de la empresa: otra vuelta de tuerca”, en el encuentro Enade 2020.
Abordó, además, cómo el cooperativismo es un modelo empresarial vigente, el cual ha sido un aporte para muchos países y para Chile, donde, afirmó, puede contribuir aún más. Mostró datos y cifras del modelo cooperativo en Alemania, Reino Unido y Canadá.
Se refirió también a este movimiento en Chile y destacó el propósito compartido de Coopeuch, su solidez como empresa cooperativa y relevó lo que se ha hecho en inclusión financiera.
Resaltó que desde el mundo cooperativo nacional, hay un importante reto y ese es tener mayor impacto y presencia en el sistema económico y social. “Estamos trabajando en cómo abordar este reto en forma muy integral. Les cuento que todas las cooperativas del país nos hemos agrupado formando la Asociación Nacional de Cooperativas de Chile- que preside Siria Jeldes- la cual representa a cooperativas de los más diversos sectores productivos y de servicio. Desde ahí estamos articulando nuestro crecimiento y nuestras aspiraciones para que se nos abran todos los espacios que hoy no tenemos por ley”, comentó Rodrigo.
En el panel estuvo también Josefa Monge, presidenta de Sistema B y Francisco Pérez Mackenna, gerente general de Quiñenco. Ambos expositores compartieron su visión sobre lo que se debe mejorar y cómo debemos enfrentar los desafíos futuros de las empresas.