Estas cifras agregadas parecieran alinearse con situaciones cotidianas que viven las personas. Según el estudio de Cadem ‘El Chile que Viene’, sobre endeudamiento, publicado en abril de 2019, el 76% de los chilenos señala estar endeudado actualmente y el 25% de ellos declara que ‘hace la bicicleta’, es decir paga sus deudas con otro crédito. Según estimaciones del BC, la carencia de un registro consolidado de deuda provoca que los oferentes de crédito tiendan a subestimar el real nivel de endeudamiento de la gente, lo que en muchas situaciones es lo que conduce al sobre endeudamiento o acceso a crédito en condiciones desfavorables, por esta asimetría de información. De esta manera, hoy más que nunca urge contar con un registro de deuda que agregue a todos los oferentes de crédito, lo que permitiría preservar la estabilidad sistémica que desde décadas ha sido una de las principales características de nuestro sistema financiero nacional.
Por otro lado, desde que se inició la crisis social, diversas fuentes de información apuntan a que el mercado laboral ya estaría deteriorándose. Por ejemplo, la Dirección del Trabajo reportó que los despidos bajo la causal ‘necesidades de la empresa’ superaron los 176 mil desde octubre de 2019. De continuar la brusca caída en la actividad que hemos apreciado con los Imacec de octubre y noviembre, la tasa de desempleo podría alcanzar fácilmente los dos dígitos este año. En este escenario, las tasas de morosidad de las personas podrían incrementarse, tal como lo sugiere un sondeo especial de la Encuesta de Crédito Bancario- que considera a actores bancarios y no bancarios- incorporado en el último Ipom publicado por el BC en diciembre.
Así, el riesgo sistémico de insolvencia de los actores del mercado podría aumentar, impidiendo un correcto proceso de intermediación financiera y provocando un retroceso en el acceso. Este último punto es determinante y nuestra tarea como cooperativas de ahorro y crédito es generar el acceso a un crédito responsable y potenciar la inclusión en el mercado. Por eso es clave contar con un registro consolidado de deuda para todos los oferentes. Manejar una información de deuda de manera consolidada permite una mayor y mejor evaluación crediticia y, por lo tanto, promover un acceso al financiamiento adecuado a la capacidad de pago de las personas para así generar las instancias de desarrollo, bienestar e inclusión financiera que tanto necesitamos hoy.